Impulsamos su Organización


El uso de códigos, pautas o comportamientos ambientales no certificables se está extendiendo hoy en día en las organizaciones. Estos códigos o buenas prácticas bien pueden ser corporativas, emanar de asociaciones empresariales o también de las propias políticas de negocio de la organización.

Hay que recordar que cuando se implanta un Sistema de Gestión Medioambiental tiene que existir un compromiso de cumplimiento con la legislación. Y muchas veces, en determinadas organizaciones, el grado de incumplimiento legislativo es tal que su adecuación estricta a la normativa supone unas inversiones que no se pueden realizar en un periodo corto de tiempo. También puede ocurrir que, a causa del tamaño de la organización, la implantación de un Sistema de Gestión Medioambiental no sea rentable a corto plazo.

En este tipo de casos, es muy positivo empezar por unas Buenas Prácticas Ambientales, que deben ser el baremo mínimo que debe exigirse hoy en día a una organización moderna. Dado que los valores medioambientales están extendiéndose por nuestra sociedad, estas prácticas son las pautas básicas que las organizaciones se deberían imponer.

Las Buenas Prácticas Ambientales pueden suponer un apoyo al Sistema de Gestión Medioambiental o bien ser la única referencia de comportamiento ambiental de las organizaciones. Véanse, por ejemplo, las recomendaciones que dan en los hoteles sobre el uso del agua, el lavado de toallas, etc.